miércoles, 7 de junio de 2017

Yudit Vidal y la magia de sus figuraciones (+Fotos)

   Por María Elena Balán Sainz


La artista plástica Yudit Vidal Falfe, en su Galería-estudio en la ciudad de Trinidad, Cuba.  


Como si estuvieran listas para salir y tomar el carruaje que las conducirá por las calles trinitarias, con el empaque de las damas aristócratas que enaltecían su atuendo con finos encajes tejidos a crochet, deshilados, abanicos y cintas, así se nos presentan desde la proyección de sus marcos, las mujeres salidas de los pinceles de Yudit Vidal Falfe, con la magia de sus figuraciones.
  Conocedora de las tradiciones de Trinidad, ciudad en la que vive desde pequeña, ha sabido imbricar su talento indiscutible con la maestría de unas 20 artesanas, cuyas manos se mueven con destreza, dando vida con hilo y agujetas a confecciones que integran la obra pictórica de Yudit.
   Es así que mediante el proyecto Entre hilos, alas y pinceles, surgido en abril del 2014, se reconoce la labor realizada con la aguja como integrante indiscutible del patrimonio intangible de la Villa de la Santísima Trinidad.


   Visitar la Galería-estudio de Yudit Vidal permite disfrutar del encanto de esos cuadros, con soportes y técnicas artísticas sui géneris.
   Destacan desde las paredes los diversos formatos, que conjugan armoniosamente el dibujo, la pintura en  los trozos de tela con deshilados, tejidos o bordados teniendo como tema a la mujer.
   Conversamos en nuestro recorrido con la artista, quien es embajadora universal de la Paz por el Círculo de los embajadores de la Paz de Suiza/Francia,  y nos permite a través del diálogo ameno y en un ambiente sosegado, ir adentrándonos en sus motivaciones por el arte, surgidas cuando aprendió a sostener un lápiz de color, una crayola y garabatear sus primeros dibujos, reflejo de su interés por la pintura desde los primeros años de vida.
   Cuenta ya 38 años de edad, pero mantiene el candor, la ternura infantil en su sonrisa y  la mirada limpia, a la vez que un tanto cómplice. Al mirar sus cuadros le preguntamos si pretendió reflejar en ellos esos detalles que emergen cual si fueran autorretratos, pero presurosa aclara que imagina esos rostros, los dibuja, los pinta, les trasmite sus figuraciones.



   Tiene Yudit Vidal Falfe otra gran fuente de inspiración en los paisajes trinitarios, en sus calles de piedras, en las palmeras, en las mansiones donde destacan las cubiertas de tejas rojas y las rejas de ventanales que semejan filigranas, atrapadas en óleo sobre lienzos, en cartulinas y carboncillos.
   Pero también del imaginativo popular, de leyendas, duendes, fantasmas y exorcismos que son como páginas amarillentas y quebradizas por el paso de los siglos, se nutre la artista y nos hace partícipes al ver sus cuadros de aquella joven adinerada que tuvo romances con un negro esclavo y su fantasma deambula aún por la ciudad en busca del hijo mestizo nacido de ese romance, y que sus padres se apresuraron a ocultar, dada su rancia estirpe y prejuicios de la época.



   Cuán grande es el universo atrapado por esta muchacha de baja estatura, de paso agigantado por el arte, sí, agigantado, porque va dejando ya una huella notoria que admirar, que disfrutar, en su trayectoria de artista graduada del Instituto Superior de Arte en 2008, con estudios anteriores en la Escuela Profesional de Artes Plásticas Oscar Fernández Morera en las especialidades de pintura, diseño gráfico y técnicas a la acuarela en Trinidad.
   Su obra no solo tiene el reconocimiento de la Villa y de Cuba, sino también de otros países donde se le conoce y ha participado en las más de 36  exposiciones personales y colectivas exhibidas en una decena de naciones, como Italia, Luxemburgo, Holanda, Ecuador,  Francia, Estados Unidos y España.

   Formó parte de en un proyecto con los niños que comenzó en Luxemburgo y se extendió luego a Trinidad, porque le gusta enseñar a dibujar a los  pequeños, e igual ha tenido la oportunidad de diseñar libros en el contexto de la literatura nacional e internacional.
   Ella integra el proyecto Arte en casa, de Artex, y resultan muy atractivas sus propuestas reflejadas en jarras, sombrillas, toallas y lámparas.
   Sencillez y modestia son características de esta joven artista, quien cada día sorprende con nuevas entregas, matizadas por el virtuosismo y el talento que le permiten recrear vivencias y remembranzas en una Villa con 503 años de fundada, a la cual está unida por una pasión inspiradora.