Tomado del Blog de estudiantes universitarios La Joven Cuba
Por Claudia Yilén Paz Joa
Tenía que decidir, se acercaba el momento
de hacerlo, a pesar de que el curso escolar apenas comenzaba. Una sola
interrogante inundaba los pasillos del centro: ¿Qué vas a estudiar?
Una tarde, mis amigas y yo salimos en
busca de orientación profesional y vocacional, pues nadie nos hablaba
sobre el asunto. Llegamos hasta la dirección, donde encontramos a la
subdirectora, que tenía como de costumbre, una sonrisa amarga y fría.
Aun así, trató de ser amable con las cinco colegialas de duodécimo
grado.
¿Qué quieren?, fue su recibimiento.
Nosotras sonreímos y respondimos con un “buenas tardes”, acostumbradas
ya a las malas formas de las personas que nos rodeaban, no perdíamos las
esperanzas, y mucho menos la compostura. Explicamos el porqué de
nuestra visita a esta oficina y de repente iniciamos una conversación
intimidante. Hasta que nos asaltó con la pregunta que más oí en mis tres
años de preuniversitario. Cuando llegó mi turno y respondí PERIODISMO,
me lanzó otra que nunca en mi vida me habían hecho ¿Y de quién tú eres
hija? No supe qué responderle, pero una de mis amigas alcanzó a decir
que de dos obreros asalariados.
“Tienes que estudiar muchísimo. Te hacen
una prueba de aptitud que tiene cantidad de preguntas, después te hacen
otra de redacción y finalmente la entrevista, que mija, si no conoces a
nadie, olvídate de coger eso. Además de las pruebas de ingreso, que son
cada día más difíciles.” Fueron sus alentadoras palabras. –Gracias por
todo, muy amable- Le dije y me fui.
Pensaba en mis padres, ingenieros civiles
los dos, sin vínculo alguno con los medios de comunicación ¿Cómo iba a
depender mi futuro de sus lazos laborales o sus influencias? Esta mujer
tenía que estar completamente loca, o muy resignada con la actual
situación de que si no tienes una amistad no resuelves tu problema.
Llegó la famosa prueba de aptitud y todo
salió bien, confieso que no vi a nadie favorecido por el “sociolismo”
allí. Pasé las tres pruebas, y cuando llegó el otro monstruo de la
prueba de ingreso también salí ilesa.
Actualmente estudio periodismo, mi
segundo año en la universidad.
Me lastima mucho que situaciones como
esta se repitan en otros sectores, y que la gente siga perdiendo las
esperanzas, se resigne y mucho peor, dejen de realizar sus sueños por
ser hijos de “nadie” o no tener una buena “palanca”.
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