Por María Elena Balán Sainz
No crean quienes leen este título que se refiere a una nueva ruta de
ómnibus en la capital cubana, de esos que circulan bajo el rotulo de P con
diversos números, según su ruta. Todo lo contrario, se trata del cemento
Portland, inventado en 1824 en Inglaterra por el constructor Joseph Aspdin.
Infructuosas visitas a tiendas recaudadoras de divisas en busca de
cemento Portland P-350, Siboney, que es la marca cubana a la cual tenemos
acceso, por supuesto con CUC o en su equivalente en moneda nacional, me impiden
realizar un arreglo inminente en la cubierta del portal de la casa.
La respuesta era coincidente en varios establecimientos: : "Hace
tiempo que no recibimos ese artículo" . ¿Será que la producción toma otro
rumbo, digamos internacional y no queda para los nacionales?
Porque la realidad es que la venta liberada del cemento P-350 en TRD, no
tiene un equilibrio entre la demanda y la oferta, aunque fue una medida
aprobada por el Estado para apoyar a quienes emprendan construcciones por
cuenta propia o hagan arreglos en sus viviendas. y requieran de ese producto de
mayor calidad para techos.
¿Alguien puede darme información de dónde encontrarlo? Solicité a amigos
y familiares, algunos de ellos me avisaron por teléfono que en Guanabacoa
había, pero solo lo vendían a personas con subsidios, o sea, quienes recibieron
préstamos bancarios para arreglar sus casas.
Una llamada este sábado me alertó de la existencia del cemento Portland
P-350 en la tienda recaudadora de divisas Vía Blanca, en San Miguel del Padrón,
para la venta a la población. Al
dirigirnos al lugar, había cerrado la parte de Ferretería a las dos de la
tarde, medida adoptada hasta octubre.
No indagué acerca del motivo de tal decisión, lo importante era que
había. A primera hora del domingo ya estábamos en el referido establecimiento y
una bolsa con el precio de 6.60 cuc aparecía tras el mostrador. Cual chasco
recibimos cuando la dependienta nos miró con gesto negativo en su rostro y
llamó al otro que compartía con ella las ventas.
“Quita
esa bolsa de ahí, no hay venta para la población, eso es para subsidios”. Sin
derecho a la réplica salimos del lugar, pero preguntándonos cómo podría el
cliente normal acceder a ese producto al depender de los de la tienda la decisión de dejar tal o más cual cantidad
para personas con créditos y otra para quienes no lo poseemos.
Eso por supuesto que puede generar condiciones para manejos inadecuados
de ese artículo y aquellos que pagan un poco más al dependiente, bajo el manto
del soborno, lo pueden conseguir.
Muchos subsidiados pudieran verse afectados también por esta medida,
porque todo va a parar a un contenedor donde no tiene cartel que distinga el de
venta libre y el de créditos.
Al salir de la tienda de Vía Blanca me detuve y pregunté a quien estaba
en la puerta: ¿Con cuál sistematicidad reciben aquí el Portland P-350? Ufff,
hacía cuatro meses que no entraba.
El cemento que aparecía en horas de la mañana tras el mostrador había
sido descargado el viernes y la dependienta esta mañana de domingo no tuvo en
cuenta al abrir la ferretería ponerle la referencia de "Para
Subsidios", con el fin de alertar a quienes hacían la cola
infructuosamente.
Un matrimonio que conozco me avisó que fuera a ese comercio porque ellos
pudieron adquirirlo, sin tener crédito bancario el sábado.
Pero a las dos de la tarde ya las puertas habían cerrado y al abrir en
la mañana del domingo, las más de 30
bolsas de las cuales nos dio referencia el joven dependiente, no podían ser
vendidas a alguien que como yo, solo requería cuatro.
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