jueves, 25 de septiembre de 2014

Tras la pista del P-350




Por  María Elena Balán Sainz
  

 No crean quienes leen este título que se refiere a una nueva ruta de ómnibus en la capital cubana, de esos que circulan bajo el rotulo de P con diversos números, según su ruta. Todo lo contrario, se trata del cemento Portland, inventado en 1824 en Inglaterra por el constructor Joseph Aspdin.
   Infructuosas visitas a tiendas recaudadoras de divisas en busca de cemento Portland P-350, Siboney, que es la marca cubana a la cual tenemos acceso, por supuesto con CUC o en su equivalente en moneda nacional, me impiden realizar un arreglo inminente en la cubierta del portal de la casa.
   La respuesta era coincidente en varios establecimientos: : "Hace tiempo que no recibimos ese artículo" . ¿Será que la producción toma otro rumbo, digamos internacional y no queda para los nacionales?
   Porque la realidad es que la venta liberada del cemento P-350 en TRD, no tiene un equilibrio entre la demanda y la oferta, aunque fue una medida aprobada por el Estado para apoyar a quienes emprendan construcciones por cuenta propia o hagan arreglos en sus viviendas. y requieran de ese producto de mayor calidad para techos.
   ¿Alguien puede darme información de dónde encontrarlo? Solicité a amigos y familiares, algunos de ellos me avisaron por teléfono que en Guanabacoa había, pero solo lo vendían a personas con subsidios, o sea, quienes recibieron préstamos bancarios para arreglar sus casas.
   Una llamada este sábado me alertó de la existencia del cemento Portland P-350 en la tienda recaudadora de divisas Vía Blanca, en San Miguel del Padrón, para la venta a la población.  Al dirigirnos al lugar, había cerrado la parte de Ferretería a las dos de la tarde, medida adoptada hasta octubre.
   No indagué acerca del motivo de tal decisión, lo importante era que había. A primera hora del domingo ya estábamos en el referido establecimiento y una bolsa con el precio de 6.60 cuc aparecía tras el mostrador. Cual chasco recibimos cuando la dependienta nos miró con gesto negativo en su rostro y llamó al otro que compartía con ella las ventas.
   “Quita esa bolsa de ahí, no hay venta para la población, eso es para subsidios”. Sin derecho a la réplica salimos del lugar, pero preguntándonos cómo podría el cliente normal acceder a ese producto al depender de los de la tienda  la decisión de dejar tal o más cual cantidad para personas con créditos y otra para quienes no lo poseemos.
   Eso por supuesto que puede generar condiciones para manejos inadecuados de ese artículo y aquellos que pagan un poco más al dependiente, bajo el manto del soborno, lo pueden conseguir.
   Muchos subsidiados pudieran verse afectados también por esta medida, porque todo va a parar a un contenedor donde no tiene cartel que distinga el de venta libre y el de créditos.
   Al salir de la tienda de Vía Blanca me detuve y pregunté a quien estaba en la puerta: ¿Con cuál sistematicidad reciben aquí el Portland P-350? Ufff, hacía cuatro meses que no entraba.
   El cemento que aparecía en horas de la mañana tras el mostrador había sido descargado el viernes y la dependienta esta mañana de domingo no tuvo en cuenta al abrir la ferretería ponerle la referencia de "Para Subsidios", con el fin de alertar a quienes hacían la cola infructuosamente.
   Un matrimonio que conozco me avisó que fuera a ese comercio porque ellos pudieron adquirirlo, sin tener crédito bancario el sábado.
   Pero a las dos de la tarde ya las puertas habían cerrado y al abrir en la mañana del domingo,  las más de 30 bolsas de las cuales nos dio referencia el joven dependiente, no podían ser vendidas a alguien que como yo, solo requería cuatro.

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